15/11/2022
Para cualquier ciclista, desde el aficionado que sale a pasear el fin de semana hasta el deportista de alto rendimiento, conocer la velocidad a la que se desplaza es información fundamental. No solo es útil para seguir el ritmo, sino también para medir el progreso, calcular distancias y planificar rutas. Pero, ¿cómo sabe tu bicicleta (o más bien, tu ciclocomputador o GPS) a qué velocidad vas? La respuesta está en los sensores de velocidad, pequeños pero cruciales dispositivos que actúan como los 'ojos' de tu sistema de registro de datos.

Estos sensores son los encargados de traducir el movimiento de la rueda en una señal eléctrica o digital que puede ser interpretada por tu dispositivo de ciclismo. A lo largo del tiempo, la tecnología detrás de estos sensores ha evolucionado, pasando de sistemas cableados más simples a opciones inalámbricas mucho más sofisticadas y precisas. Entender cómo funcionan te permitirá apreciar mejor la tecnología que llevas contigo y optimizar su uso para obtener los datos más fiables.
Existen principalmente dos familias de sensores de velocidad que se utilizan en bicicletas, aunque sus principios de funcionamiento pueden variar ligeramente. Hablamos de los sensores basados en el principio de inducción o magnetismo, y los sensores activos, a menudo basados en el Efecto Hall o tecnologías magneto-resistivas. Ambos tienen el mismo objetivo: contar las vueltas de la rueda para que, conociendo su circunferencia, se pueda calcular la distancia recorrida y, por ende, la velocidad.
Sensores Magnéticos o Inductivos Pasivos
Los sensores de velocidad más tradicionales y todavía muy comunes en ciclocomputadores básicos y de gama media se basan en el principio de inducción electromagnética, activados por un imán. Su funcionamiento es relativamente sencillo y muy fiable.
Generalmente, este sistema consta de dos partes: un pequeño imán que se fija en uno de los radios de la rueda (normalmente la delantera) y un sensor, una pequeña caja que se instala en la horquilla, alineado con el imán.
Cuando la rueda gira, el imán pasa muy cerca del sensor en cada vuelta. Este paso rápido del campo magnético del imán induce una pequeña corriente o voltaje en el sensor. El sensor detecta este pulso eléctrico. Cada pulso corresponde a una vuelta completa de la rueda.
La frecuencia con la que el sensor detecta estos pulsos está directamente relacionada con la velocidad de rotación de la rueda. A mayor velocidad, el imán pasa más veces por segundo frente al sensor, generando pulsos más frecuentes.
Dentro de esta categoría, la información técnica más detallada (proveniente de otras aplicaciones, pero aplicable en principio) habla de sensores inductivos monopolares y bipolares. Los monopolares generan un voltaje alterno cuya amplitud puede variar con la velocidad, la forma del 'diente' (en aplicaciones con engranajes, aquí sería el imán), los materiales o el tamaño de la separación. Los bipolares tienden a transmitir una señal eléctrica más grande y son menos sensibles a deformaciones. En el contexto de una bicicleta con un simple imán en el radio, la distinción no es tan crítica para el usuario final, pero el principio inductivo es el mismo: se genera una señal por el movimiento relativo de un imán y una bobina/sensor.
Una característica clave de estos sensores pasivos (inductivos) es que necesitan que haya movimiento para generar una señal. Si la rueda no gira, no hay cambio en el campo magnético detectado por el sensor, y por lo tanto, no generan ningún pulso. Esto significa que no pueden medir la velocidad cuando la bicicleta está completamente detenida o moviéndose a velocidades extremadamente bajas.
Sensores Activos (Efecto Hall y Magneto-resistivos)
Los sensores activos representan una evolución tecnológica. A diferencia de los pasivos, estos sensores requieren una fuente de alimentación externa para funcionar. Pueden estar alimentados por una pequeña batería (en el caso de sensores inalámbricos independientes) o por el propio sistema de la bicicleta (como en e-bikes o sistemas integrados).
La gran ventaja de los sensores activos es su capacidad para medir la velocidad incluso a bajas revoluciones o cuando la bicicleta está casi detenida. Esto se debe a que no dependen de la *velocidad* del cambio del campo magnético para generar una señal detectable, sino de la *presencia* o *cambio* del campo en sí.
Los dos tipos principales de sensores activos mencionados son los magneto-resistivos y los basados en el Efecto Hall.
Principio del Efecto Hall
Un sensor de Efecto Hall es un transductor que varía su voltaje de salida en respuesta a un campo magnético. Cuando un material conductor o semiconductor por el que circula una corriente se expone a un campo magnético perpendicular a la dirección de la corriente, se genera una diferencia de voltaje a través del material, perpendicular tanto a la corriente como al campo magnético. Este voltaje es el llamado voltaje Hall.
En el contexto de un sensor de velocidad activo para bicicleta, el sensor contiene un elemento Hall. Al igual que con los sensores inductivos, se utiliza un imán en la rueda. A medida que el imán pasa cerca del sensor, el campo magnético influye en el elemento Hall, provocando un cambio en su voltaje de salida.
Los sensores activos modernos, especialmente los basados en Efecto Hall, a menudo incorporan electrónica integrada. Esta electrónica no solo alimenta el elemento sensor, sino que también procesa la señal. El texto proporcionado describe un proceso interesante para los sensores activos de Efecto Hall: pueden usar dos elementos Hall ligeramente desplazados. Esto permite generar dos señales alternas. Al restar una señal de la otra y filtrarlas, se suprime la interferencia. La señal resultante se amplifica y se pasa a través de un comparador o disparador de Schmitt, que la convierte en una señal cuadrada limpia y digital. Esta señal cuadrada, que representa pulsos claros por cada paso del imán, es lo que se envía al ciclocomputador.
Sensores Magneto-resistivos Activos
Similares en principio a los de Efecto Hall en cuanto a ser activos y detectar campos magnéticos, los sensores magneto-resistivos se basan en el principio de la magneto-resistencia, donde la resistencia eléctrica de un material cambia en presencia de un campo magnético. También contienen electrónica integrada para procesar la señal y requieren alimentación.
Según la información proporcionada, la señal de salida de los sensores magneto-resistivos activos y los sensores de Efecto Hall activos es idéntica si están diseñados para ser compatibles. Esto significa que, en muchos casos, un ciclocomputador o sistema de registro puede ser compatible con cualquiera de los dos tipos de sensores activos.

La principal ventaja compartida por los sensores activos (tanto de Efecto Hall como magneto-resistivos) es, como se mencionó, su capacidad para funcionar a velocidades muy bajas e incluso detectar si la rueda está completamente parada. Esto es útil para funciones como el inicio/parada automático del registro en tu ciclocomputador o para sistemas que necesitan conocer la velocidad exacta desde el primer instante de movimiento.
Ubicación y Tipos de Sensores en Bicicletas
Tradicionalmente, el sensor de velocidad se montaba en la horquilla delantera y el imán en un radio de la rueda delantera. Esta es la configuración más simple y común para ciclocomputadores básicos.
Sin embargo, con la llegada de la conectividad inalámbrica (ANT+, Bluetooth), los sensores se han vuelto más versátiles en su ubicación. Algunos sensores modernos se montan directamente en el buje de la rueda (delantera o trasera) y no requieren un imán separado en el radio. Estos sensores de buje suelen ser activos y detectan la rotación interna del propio buje utilizando acelerómetros o principios magnéticos internos. Son más aerodinámicos y estéticos.
En bicicletas de gama alta, sistemas de entrenamiento (smart trainers) o e-bikes, los sensores de velocidad pueden estar integrados en el propio sistema de transmisión, el motor (en e-bikes) o incluso en el pedalier, detectando la rotación de la rueda trasera de formas más sofisticadas.
Cómo se Calcula la Velocidad
Independientemente del tipo de sensor (pasivo o activo) y su ubicación, la información que envían al ciclocomputador es una serie de pulsos. Cada pulso significa que la rueda ha completado una rotación.
Para convertir estos pulsos en velocidad, el ciclocomputador necesita conocer la circunferencia exacta de la rueda a la que está conectado el sensor. Esta es la razón por la que debes configurar la circunferencia de tu rueda en el ciclocomputador cuando lo instalas.
El cálculo es simple:
Distancia por pulso = Circunferencia de la rueda
Velocidad = (Número de pulsos por unidad de tiempo) * (Circunferencia de la rueda)
Por ejemplo, si tu rueda tiene una circunferencia de 2 metros y el sensor registra 5 pulsos en un segundo, significa que has recorrido 5 * 2 = 10 metros en un segundo. 10 metros por segundo equivalen a 36 kilómetros por hora.
La precisión del cálculo de la velocidad y la distancia depende directamente de la precisión con la que configures la circunferencia de la rueda y de la fiabilidad del sensor para contar cada vuelta.
Comparativa Rápida
| Característica | Sensor Magnético/Inductivo Pasivo | Sensor Activo (Efecto Hall/Magneto-resistivo) |
|---|---|---|
| Alimentación | No requiere externa (genera su propia señal) | Requiere alimentación externa (batería o sistema de la bici) |
| Mide a baja velocidad/detenido | No | Sí |
| Complejidad | Sencillo | Más complejo (electrónica integrada) |
| Señal | Pulso de voltaje variable (puede necesitar acondicionamiento) | Señal digital limpia (pulso cuadrado) |
| Aplicaciones típicas | Ciclocomputadores básicos a intermedios | Ciclocomputadores avanzados, GPS, e-bikes, smart trainers, sensores de buje sin imán |
| Componentes | Sensor + Imán en radio | Sensor (puede necesitar imán o ser integrado) |
Preguntas Frecuentes sobre Sensores de Velocidad
¿Por qué mi GPS de ciclismo necesita un sensor de velocidad si ya tiene GPS?
Aunque el GPS puede estimar tu velocidad basándose en el cambio de posición, un sensor de velocidad en la rueda es mucho más preciso, especialmente a bajas velocidades, en entornos con mala recepción GPS (bosques densos, cañones urbanos) o para medir la distancia exacta recorrida, ya que el GPS puede ser menos preciso en distancias cortas o con cambios de dirección frecuentes. Además, un sensor de velocidad funciona instantáneamente, mientras que el GPS puede tardar en obtener una señal fiable.
¿Cómo instalo un sensor de velocidad?
La instalación varía según el tipo. Los sensores con imán para radio se fijan en la horquilla (delantera) o vaina (trasera) con bridas o gomas, y el imán se coloca en un radio alineado con la marca del sensor, dejando una pequeña separación (normalmente unos pocos milímetros). Los sensores de buje suelen fijarse directamente al buje con una banda elástica. Es crucial leer las instrucciones del fabricante para asegurar la alineación correcta y la distancia adecuada entre el sensor y el imán (si aplica) o el buje.
¿Necesito calibrar la circunferencia de la rueda?
Sí, es fundamental para la precisión. Muchos ciclocomputadores permiten introducir manualmente la circunferencia (midiendo la rueda o buscándola en tablas online) o realizar una calibración automática (rodando una distancia conocida). Una circunferencia mal configurada resultará en datos de velocidad y distancia erróneos.
Mi sensor no funciona, ¿qué puede ser?
Verifica la alineación entre el sensor y el imán (si lo usa) y la distancia entre ellos. Asegúrate de que el imán no se haya movido. Si es inalámbrico, revisa la batería del sensor y la conexión Bluetooth/ANT+ con tu dispositivo. En sensores activos, confirma que tienen energía. Si es un sensor cableado, revisa que el cable no esté dañado o desconectado.
¿Es mejor un sensor en la rueda delantera o trasera?
Para medir la velocidad, cualquiera de las dos ruedas sirve. Sin embargo, para usar un rodillo de entrenamiento (no 'smart'), necesitarás un sensor en la rueda trasera, ya que la delantera no gira. Algunos ciclistas prefieren la rueda trasera porque está menos expuesta a obstáculos o salpicaduras. La rueda delantera es más común para la mayoría de las configuraciones básicas.
¿Los sensores de velocidad también miden la cadencia?
No, la velocidad y la cadencia (revoluciones por minuto de los pedales) son medidas diferentes. Los sensores de cadencia se instalan en la biela o el pedalier y detectan la rotación de las bielas. Algunos dispositivos modernos combinan ambas funciones en un solo sensor que se monta en la biela trasera o en el buje, pero internamente usan principios distintos para cada medición.
Conclusión
Los sensores de velocidad son componentes esenciales para obtener datos precisos sobre tu rendimiento en bicicleta. Ya sean los sencillos sistemas pasivos con imán o los más avanzados sensores activos basados en Efecto Hall o magneto-resistencia, todos cumplen la función vital de contar las vueltas de tu rueda. Entender cómo operan te ayuda no solo a solucionar problemas comunes, sino también a apreciar la tecnología que te acompaña en cada pedalada, permitiéndote registrar tu progreso y disfrutar aún más de tus rutas.
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