04/11/2022
Los pedales son uno de los puntos de contacto más cruciales entre el ciclista y la bicicleta. Transmiten la potencia de tus piernas a la transmisión y, por lo tanto, son fundamentales para la eficiencia, el control y la comodidad en tus rutas de mountain bike. Aunque a menudo se pasan por alto, llega un momento en que necesitan ser reemplazados. Saber identificar ese momento adecuado puede ahorrarte problemas mayores y asegurar que tu experiencia de pedaleo sea siempre óptima.

Reemplazar los pedales puede parecer una tarea sencilla, pero en la práctica, a veces presenta desafíos. La elección del pedal adecuado, la técnica de extracción e instalación correctas y el uso de las herramientas apropiadas son vitales para un proceso exitoso. Una instalación incorrecta puede llevar a problemas futuros, incluyendo pedales que se atascan de forma casi irreversible. Este artículo te guiará a través de todo lo que necesitas saber sobre el reemplazo de pedales en tu MTB.
¿Realmente Necesitas Reemplazar Tus Pedales?
La pregunta fundamental es: ¿hay un problema que justifique el cambio, o simplemente quieres una mejora? No hay nada de malo en actualizar a unos pedales de mayor rendimiento, menor peso o con características diferentes (como pasar de pedales planos a automáticos o viceversa). Sin embargo, el motivo principal para reemplazar los pedales de tu bicicleta es cuando uno o ambos dejan de funcionar correctamente.
Existen dos escenarios principales que dictan la necesidad de un reemplazo:
- Daño Estructural Inmediato: Si has golpeado un pedal contra una roca o un obstáculo en el camino, y este se ha doblado, partido o deformado significativamente, es un caso claro de reemplazo directo e inevitable. Continuar usando un pedal dañado estructuralmente es peligroso e ineficiente.
- Desgaste Progresivo: Esta es la causa más común. Un pedal que gradualmente se vuelve áspero, ruidoso o muestra un juego excesivo es una señal de desgaste interno o externo.
Pedales Ásperos
Un pedal que ya no gira suavemente, o que si inicialmente era rígido pero fluido, ahora se siente como si tuviera arena dentro, probablemente tiene un problema en los rodamientos. Esto ocurre cuando uno o más balines se han deteriorado, o ha entrado suciedad o agua en la jaula o la pista de los rodamientos. Un rodamiento dañado aumenta la fricción, reduce la eficiencia del pedaleo y puede generar ruido.
Pedales Ruidosos
El ruido en una bicicleta puede ser frustrante de diagnosticar, ya que a menudo se confunde con problemas en otras partes. Si tus pedales empiezan a chirriar o crujir, especialmente bajo carga (al pedalear con fuerza), es posible que la fuente sea el pedal, aunque no siempre es así.
Es crucial descartar otras posibles causas de ruido:
- Cuadro, Eje de Pedalier o Arandelas: A menudo, los ruidos que parecen venir de los pedales son en realidad del eje de pedalier (bottom bracket) o incluso del cuadro, especialmente en bicicletas de aluminio donde las uniones pueden generar crujidos mínimos. Sin embargo, una causa muy común de un crujido rítmico en los pedales es un ligero juego entre la rosca del eje del pedal y la rosca de la biela. Bajo presión, el pedal cede ligeramente y vuelve a su posición al liberar la fuerza, produciendo un clic o crujido. Asegúrate de que se haya instalado una arandela en el eje del pedal, entre la rosca del eje y la biela, en bicicletas de gama media a alta. Esta arandela ayuda a distribuir la carga y prevenir este juego.
- Calas (en Pedales Automáticos): Si usas pedales automáticos (clipless), el cuerpo del pedal o tus calas pueden haberse desgastado. Un desgaste en el borde frontal del cuerpo del pedal donde engancha la cala puede aumentar el 'float' (movimiento lateral permitido) y causar ruido a medida que la cala se mueve dentro del pedal. También verifica que los tornillos de tus calas estén apretados.
- Pedal Flojo: Si has instalado tus pedales con la arandela adecuada y dentro del rango de torque recomendado, pero aún notas un ligero movimiento, es posible que las roscas del eje del pedal o de la biela estén dañadas. Esto requiere un reemplazo, al menos del componente con la rosca dañada (pedal o biela).
En resumen, si tus pedales presentan daños visibles, se sienten ásperos al girar, hacen ruidos persistentes que has diagnosticado correctamente como provenientes de ellos, o tienen juego, es probable que necesiten ser reemplazados.
Reemplazo de Partes del Pedal
Históricamente, los pedales venían en pares y si uno fallaba, reemplazabas ambos. Hoy en día, aunque la mayoría de los pedales se venden en pares, la posibilidad de reemplazar partes individuales está aumentando, especialmente en modelos de gama media y alta. Esto puede ser una opción más económica que comprar un par nuevo.
Las partes principales de un pedal son el cuerpo del pedal, el eje (o husillo) y los rodamientos. El cuerpo del pedal es la plataforma sobre la que apoyas el pie (en pedales planos) o donde enganchas la cala (en pedales automáticos).

Rodamientos
Los pedales más antiguos solían usar rodamientos de bolas sueltas, que permitían su limpieza, reengrase o reemplazo individual. Los pedales modernos suelen usar rodamientos sellados. Un rodamiento sellado es más resistente a la suciedad y el agua, pero si falla, lo ideal es reemplazar la unidad completa del rodamiento sellado. Intentar desmontar y reengrasar un rodamiento sellado sin herramientas y conocimientos especializados puede dañar su integridad. Sin embargo, reemplazar los pequeños rodamientos sellados de un pedal puede ser complicado, ya que a menudo se insertan a presión en fábrica.
Ejes
El eje es la parte que se enrosca en la biela. Los pedales modernos suelen tener una tuerca exterior de 'polvo' que sella los rodamientos y el eje. Retirar esta tuerca permite acceder a la tuerca del eje que sujeta el eje al cuerpo del pedal. Si el eje está dañado (normalmente la rosca), necesitas un eje de reemplazo específico para tu modelo de pedal. No todos los ejes son iguales.
Soportes y Calas (en Pedales Automáticos)
En pedales automáticos, los soportes donde enganchan las calas pueden dañarse. Estos soportes suelen estar atornillados al cuerpo del pedal con tornillos Allen y son relativamente fáciles de reemplazar. Las calas, por su parte, son consumibles y deben reemplazarse periódicamente a medida que se desgastan. Una revisión rutinaria de la bicicleta debe incluir la verificación de la tensión de los tornillos de las calas.
Pines (en Pedales Planos)
Los pines son los pequeños salientes en la plataforma de los pedales planos que proporcionan agarre. En pedales de gama baja, los pines a menudo son parte integral del cuerpo del pedal y no se pueden reemplazar si se doblan o rompen. En pedales de gama alta, los pines suelen ser tornillos que se enroscan en el cuerpo del pedal o se fijan con un tornillo desde el lado opuesto. Estos pines reemplazables son una gran ventaja para mantener el agarre del pedal a lo largo del tiempo.
Herramientas y Técnicas para Reemplazar Pedales
Reemplazar un pedal requiere la herramienta correcta y la técnica adecuada. Las dos consideraciones principales son el ajuste de la herramienta y la palanca.
La mayoría de los pedales de MTB (y de carretera) modernos usan roscas de 9/16 de pulgada. Las bielas de una pieza más antiguas pueden usar pedales de 1/2 pulgada. Asegúrate del tamaño de tus pedales.
Para las roscas de 9/16 de pulgada, necesitarás una llave de 15 mm. Aunque una llave fija estándar de 15 mm puede funcionar en teoría, una llave de pedales específica es mucho mejor. Estas llaves tienen un mango más largo y, a menudo, cabezas más delgadas y anguladas, lo que proporciona la palanca necesaria y permite acceder al pedal sin golpear la biela.
Muchos pedales modernos de gama media a alta también tienen una ranura hexagonal (normalmente de 6 u 8 mm) en el extremo del eje que va dentro de la biela. Esto permite usar una llave Allen larga insertada desde la parte trasera de la biela.

Técnica de Extracción
La regla de oro para quitar los pedales es girar la llave hacia la parte trasera de la bicicleta en AMBOS lados. Esto se debe a que el pedal del lado de la transmisión (derecho) tiene una rosca estándar (aprieta hacia adelante, afloja hacia atrás), mientras que el pedal del lado contrario a la transmisión (izquierdo) tiene una rosca inversa o izquierda (aprieta hacia atrás, afloja hacia adelante). Al girar siempre hacia atrás para aflojar, aplicas la fuerza en la dirección correcta en ambos lados.
Para quitar un pedal:
- Coloca la biela en posición horizontal hacia adelante.
- Coloca la llave en el pedal, asegurándote de que se asiente correctamente. La llave debe apuntar hacia arriba o ligeramente hacia adelante.
- Asegura la biela con una mano o apóyala contra algo sólido (como el suelo si la bicicleta está tumbada o una pared).
- Aplica una fuerza firme y constante sobre la llave, empujando hacia la parte trasera de la bicicleta. A veces, un golpe seco y rápido con la palma de la mano en el extremo del mango de la llave (si usas una llave Allen) es más efectivo que una presión lenta.
- Si usas una llave Allen, puedes deslizar un tubo sobre el mango para aumentar la palanca.
Es fundamental que la biela no gire mientras intentas aflojar el pedal. Puedes usar una correa o una brida para sujetar la biela al cuadro si es necesario, aunque una sujeción firme con la mano suele ser suficiente.
Técnica de Instalación
La instalación es el proceso inverso. Gira el pedal hacia adelante en AMBOS lados. Recuerda, el pedal izquierdo tiene rosca inversa, así que 'apretar hacia adelante' significa girar la rosca en la dirección opuesta a la del pedal derecho.
Consejos clave para la instalación:
- Limpia las roscas: Antes de instalar, limpia tanto las roscas del eje del pedal como las de la biela.
- Engrasa las roscas: Aplica una capa fina de grasa o compuesto antigripante en las roscas del eje del pedal. Esto es crucial para prevenir que se ataquen en el futuro y facilita la próxima extracción.
- Enrosca a mano: Empieza enroscando el pedal a mano para asegurarte de que entra recto y no estás cruzando la rosca. Si sientes resistencia, detente, desenrosca y vuelve a intentarlo.
- Aprieta con la llave: Una vez que no puedas apretar más a mano, usa la llave. Aprieta firmemente, pero no aprietes en exceso. Consulta las especificaciones de torque si están disponibles (normalmente entre 30 y 40 Nm). Un apriete insuficiente puede causar juego y ruido; un apriete excesivo puede dañar las roscas o dificultar enormemente la extracción posterior.
- Usa arandelas: Si tus pedales o bielas venían con arandelas, úsalas. Asegúrate de que asienten correctamente.
Una instalación correcta con grasa es la mejor prevención contra los pedales atascados.
Cómo Lidiar con Pedales Atascados
El peor escenario es un pedal que está 'soldado' a la biela, a menudo por corrosión (óxido) o por haber sido instalado sin grasa y con un torque excesivo. Si vives en un ambiente húmedo o cerca de la costa, o si tu bicicleta se expone a la lluvia con frecuencia, la probabilidad de que esto ocurra aumenta si no mantienes las roscas engrasadas.
Si te enfrentas a un pedal atascado, aquí tienes pasos a seguir:
- Limpieza y Lubricación: Limpia la zona alrededor de la unión pedal-biela. Aplica un lubricante penetrante (como WD-40, o productos específicos para roscas atascadas) generosamente en el punto donde el eje del pedal entra en la biela. Deja que actúe durante varias horas, incluso un día, reaplicando periódicamente.
- Palanca Máxima: Usa la llave de pedales con el mango más largo que tengas. Si es necesario, usa un tubo extensor sobre el mango para aumentar drásticamente la palanca.
- Técnica de Golpe: Con la llave firmemente colocada y la biela bloqueada, intenta aplicar un golpe seco y fuerte en el extremo del mango de la llave (si es seguro hacerlo y tienes suficiente espacio). A veces, la vibración ayuda a romper la unión.
- Calor (con precaución): Aplicar calor moderado a la biela (nunca al pedal, ya que podrías dañar los rodamientos o la grasa) puede ayudar a expandir ligeramente el metal de la biela y aflojar la rosca. Usa una pistola de calor o incluso un secador de pelo, NUNCA una llama abierta que pueda dañar la pintura o el carbono. Ten extrema precaución y solo haz esto si te sientes cómodo y tienes experiencia.
- Frío (con precaución): Aplicar frío extremo al eje del pedal (usando un spray de aire comprimido invertido o hielo seco con guantes protectores) puede contraerlo ligeramente, lo que a veces ayuda. De nuevo, procede con precaución.
- Último Recurso: Si todo lo demás falla, es posible que no puedas quitar el pedal sin dañar la biela. En casos extremos, la única solución es cortar el eje del pedal o, si la biela es de aluminio y no te importa dañarla, puedes intentar hacer un corte a través de la biela para liberar el pedal. Esto casi siempre significa que tendrás que reemplazar las bielas.
La prevención mediante el engrase adecuado durante la instalación es, con mucho, la mejor estrategia para evitar esta situación.
Preguntas Frecuentes Sobre Pedales MTB
- ¿Con qué frecuencia debo revisar mis pedales?
- Es recomendable revisar tus pedales periódicamente, quizás cada pocos meses o después de rutas especialmente duras o húmedas. Verifica que giren suavemente, no tengan juego y estén bien apretados.
- ¿Puedo reparar los rodamientos de mis pedales?
- Depende del tipo de pedal. Los pedales con rodamientos de bolas sueltas pueden ser reparados y reengrasados. Los pedales con rodamientos sellados suelen requerir el reemplazo de la unidad de rodamiento sellado si fallan, lo cual puede ser difícil en algunos modelos.
- ¿Qué tipo de grasa debo usar en las roscas?
- Una grasa para bicicletas estándar o un compuesto antigripante son adecuados. Estos productos están diseñados para resistir el agua y la presión, evitando la corrosión y facilitando futuras extracciones.
- ¿Es mejor usar pedales planos o automáticos?
- Depende de tus preferencias y estilo de ciclismo. Los pedales planos ofrecen libertad para bajar el pie rápidamente y son populares para descensos agresivos y saltos. Los pedales automáticos te conectan a la bicicleta, mejorando la eficiencia del pedaleo y el control en terrenos bacheados o al subir. Ambos requieren un tipo de pedal y una técnica de pedaleo diferentes.
- ¿El material del pedal afecta cuándo debo reemplazarlo?
- Sí. Los pedales de plástico o compuestos de gama baja pueden desgastarse más rápido, especialmente en los pines o en el cuerpo. Los pedales de aluminio o magnesio son más duraderos frente a impactos y desgaste general, pero los rodamientos o ejes seguirán teniendo una vida útil finita.
Conclusión
Saber cuándo y cómo reemplazar los pedales de tu MTB es una habilidad valiosa para cualquier ciclista. Presta atención a las señales de desgaste: aspereza, ruido o juego. Un golpe fuerte que dañe la estructura es un indicador obvio. Utiliza siempre las herramientas adecuadas, idealmente una llave de pedales específica, y recuerda la regla de la rosca inversa en el lado izquierdo. Sobre todo, haz de la lubricación de las roscas una práctica habitual durante la instalación. Esto no solo facilita el mantenimiento futuro, sino que también previene el dolor de cabeza (y la posible necesidad de reemplazar bielas) de un pedal atascado. Mantener tus pedales en buen estado garantiza un pedaleo eficiente, seguro y disfrutable en cada salida.
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