¿Qué pasó al final de los ladrones de bicicletas?

Ladri di Biciclette: Final y Conflicto Social

25/10/2022

Valoración: 4.91 (5260 votos)

La película italiana 'Ladri di Biciclette' (El Ladrón de Bicicletas), dirigida por Vittorio De Sica, es una obra maestra del neorrealismo que trasciende la simple historia de un robo para convertirse en un retrato conmovedor y brutalmente honesto de la condición humana en la Italia de posguerra. No es solo una película sobre una bicicleta robada; es una exploración profunda de la pobreza, la dignidad, la desesperación y la lucha del individuo contra las fuerzas abrumadoras de la sociedad.

¿Cuál es el mensaje de la película El ladrón de bicicletas?
La narrativa de Los ladrones de bicicletas tiende a ser una historia sobre la relación entre un padre y un hijo y por lo tanto aborda y critica el papel del hombre dentro de la sociedad, y cómo los patrones de comportamiento pueden transmitirse de padre a hijo, desde algo tan simple e inocente como la forma en que Antonio acicalaba...

La trama sigue a Antonio Ricci, un hombre desempleado en Roma que finalmente consigue un trabajo colocando carteles, un empleo que requiere indispensablemente una bicicleta. La familia empeña sus sábanas de boda para recuperar una bicicleta empeñada. Este objeto, más que un simple medio de transporte, se convierte en el símbolo de la esperanza, la estabilidad y la posibilidad de una vida mejor para Antonio y su familia, especialmente para su hijo Bruno, quien lo acompaña en su desgarradora búsqueda cuando la bicicleta es robada el primer día de trabajo.

El robo de la bicicleta es el catalizador de la narrativa, pero la película se centra en la odisea de Antonio y Bruno a través de una Roma indiferente. Buscan desesperadamente la bicicleta en mercados de pulgas, comisarías, e incluso persiguiendo a un sospechoso a través de callejones. Esta búsqueda no es solo física; es un descenso a la desesperación, un enfrentamiento constante con la cruda realidad de su situación y la impotencia ante un sistema que parece diseñado para aplastar al individuo.

Uno de los temas centrales que emerge es la lucha del individuo contra las masas o las fuerzas sociales. La película comienza mostrando a Antonio emergiendo de una multitud de hombres que buscan trabajo, destacándolo como un individuo con una oportunidad. Sin embargo, a medida que avanza la historia, Antonio es repetidamente superado y derrotado por las multitudes y las instituciones que representan a la sociedad en general.

Consideremos las interacciones de Antonio. Sus pocos momentos de éxito o avance ocurren cuando interactúa uno a uno (obteniendo el trabajo, vendiendo las sábanas al prestamista) o cuando él y su esposa, dos personas, se enfrentan a una (el prestamista). Incluso al final, es perdonado por el dueño de la bicicleta que intenta robar cuando están cara a cara, quizás influenciado por la angustia de Bruno. Por el contrario, sus derrotas vienen cuando está superado en número.

El robo inicial de su bicicleta es perpetrado por dos personas: un chico joven que la roba y un hombre que distrae y retrasa a Antonio. Dos contra uno. De Sica consideró esta escena tan crucial que la filmó con seis cámaras. Esta dinámica se repite a lo largo del filme. La policía, un cuarto lleno de oficiales, desestima su problema. Las reuniones sindicales ofrecen discursos inútiles en lugar de ayuda tangible. Los vastos mercados de pulgas, llenos de cientos o miles de piezas de bicicletas, contrastan con la única bicicleta que Antonio necesita desesperadamente y no encuentra. La multitud en una iglesia interfiere con su intento de obtener información de un anciano. Una multitud de vecinos frustra su intento de capturar al ladrón original. Y finalmente, una multitud lo captura cuando él mismo se convierte en un ladrón de bicicletas.

Esta constante derrota del individuo frente a la colectividad o las fuerzas sociales es vista por algunos críticos como un reflejo del marxismo del guionista Cesare Zavattini y, probablemente, de la propia política de De Sica. La idea es que el individuo no puede ganar contra las fuerzas mayores de la sociedad. Estas fuerzas lo empujarán a robar o lo dejarán morir de hambre.

La película incluso presagia la transformación de Antonio al mostrarlo dos veces abriéndose paso en filas de espera, una en una parada de autobús y otra en la adivina. En la parada de autobús, el hombre al que adelantó pierde su lugar y el autobús. La pobreza y la desesperación, sugiere la película, pueden convertir a la gente en ladrones. La verdadera 'ladronería', sin embargo, es la desigualdad de clase, la disparidad entre ricos y pobres. La película muestra símbolos de la depravación de los ricos: un hombre de clase alta haciendo burbujas en el mercado, un posible pedófilo intentando acercarse a Bruno, el niño rico en el restaurante con su postre lujoso mirando al pobre Bruno sin nada, y la caridad dispensada por los ricos en la iglesia, otra multitud que interfiere con la búsqueda de Antonio.

Más allá de la desigualdad económica, la película también presenta varias formas de 'ficción' o 'fantasía' que contrastan con la dura realidad del trabajo y la pobreza. Antonio está pegando un póster de Rita Hayworth (símbolo de la fantasía de Hollywood) cuando le roban la bicicleta. Hay espectáculos en el restaurante y en el ensayo del sindicato. La religión también aparece, a menudo de forma ambigua: la multitud en la iglesia que no ayuda al individuo, la adivina que obtiene sus 'visiones' de Dios (presentada cerca de una 'puerta medusa' que recuerda a un burdel, sugiriendo que la religión puede ser una mistificación o incluso algo peor). Los deportes son otra forma de distracción o fantasía, contrastando con la realidad del trabajo (cientos de bicicletas fuera de un estadio, ciclistas deportivos, retransmisiones deportivas en la radio).

Todas estas 'fantasías' y las fuerzas que derrotan a Antonio (los ricos, el entretenimiento de Hollywood, la religión, los deportes) son representadas por multitudes o multitudes. Antonio es solo uno contra esas multitudes, una metáfora poderosa de la lucha del individuo contra un sistema y una sociedad que lo superan en número y poder.

El problema social central de 'Ladri di Biciclette' es, en esencia, la precariedad y la inestabilidad económica de la clase trabajadora en la Italia de posguerra, y cómo el sistema oficial (el 'mercado blanco') no les proporciona los medios para una existencia digna y segura. La película expone la distinción entre el 'mercado blanco' (canales legales, sujetos a impuestos, a menudo exclusivos y con empleos temporales e inseguros) y el 'mercado negro' (canales ilegales, sin impuestos, pero que ofrecen una forma de participación económica y, paradójicamente, a veces más estabilidad para los que no tienen acceso al mercado blanco).

La película argumenta que la participación en el mercado negro, aunque ilegal, es una respuesta necesaria para la supervivencia de la clase trabajadora cuando el mercado blanco está 'cerrado' o es inadecuado. Antonio necesita la bicicleta para un trabajo 'blanco', pero la inestabilidad de su situación le impide mantenerla. La bicicleta se convierte en un símbolo de la movilidad física, social y económica, pero su robo representa lo inalcanzable de esa libertad para muchos.

¿Quién es el niño de la película Ladrón de bicicletas?
Antonio vive con su mujer María (Lianella Carell) y con su hijo de 6 años, Bruno (Enzo Staiola). Y a partir de ahí la bicicleta se convierte en santo y seña de la historia, verdadero elemento nuclear para adentrarnos en esta familia y en esta sociedad de postguerra italiana.

El filme no culpa al individuo por esta situación. Justifica, o al menos humaniza, las acciones de quienes participan en el mercado negro, mostrándolos actuando por necesidad, no por malicia. El ladrón de la bicicleta de Antonio, Alfredo, resulta ser un joven sin hogar, y su madre defiende sus acciones argumentando que debería dársele un trabajo. Cuando Antonio mismo intenta robar una bicicleta al final, la película genera simpatía, no condena. Esta es una crítica directa al sistema: la responsabilidad de la estabilidad económica no debería recaer únicamente en el individuo, sino en el mercado y el gobierno que deberían asegurar las necesidades básicas de sus ciudadanos.

Las multitudes en la película también simbolizan esta dominación económica. Cuando Antonio está aislado (sin su bicicleta, sin acceso al trabajo), las masas se vuelven contra él (la multitud que protege al ladrón, la multitud que lo atrapa). Solo Bruno, su hijo, que tiene un pequeño trabajo estable (un limpiador de lunas, un trabajo 'blanco' aunque precario), puede navegar mejor entre las masas y a veces ayudar a su padre. La figura de Bruno, un niño trabajando, subraya la desesperación de la situación económica y la necesidad de que incluso los niños contribuyan al sustento familiar.

La casa de empeños es otro ejemplo del fracaso del mercado blanco para la clase trabajadora. Es un canal legal, pero perpetúa un ciclo de vender y recomprar bienes personales (como las sábanas de boda), lo que proporciona una pequeña ayuda temporal pero no contribuye significativamente a la economía ni genera estabilidad a largo plazo. El mercado negro, en contraste, aunque ilegal, implica el intercambio de bienes y a veces habilidades (como la adivina), ofreciendo una forma diferente de participación económica.

Al final, Antonio y Bruno, derrotados, se pierden de nuevo en la multitud anónima de la ciudad. No hay resolución, no hay justicia. La bicicleta no se recupera, el trabajo se pierde. El individuo, Antonio, que momentáneamente emergió de la masa con una chispa de esperanza, es reabsorbido por ella, con su dignidad hecha añicos. Este final es devastador porque no ofrece catarsis; simplemente muestra la cruda realidad de la derrota del hombre común frente a las fuerzas socioeconómicas implacables.

La película, a través de su estilo neorrealista, nos obliga a confrontar la dura verdad: la pobreza y la desigualdad no son fallos individuales, sino fallos sistémicos. La desesperación que lleva a Antonio a intentar robar, convirtiéndolo en uno de los 'ladrones de bicicletas' que tanto desprecia, es una consecuencia directa de la falta de apoyo y oportunidades que el sistema debería proveer. La película argumenta que, en un entorno así, el individuo recurrirá a cualquier medio para sobrevivir, y la culpa no puede recaer enteramente sobre él.

En resumen, el final de 'Ladri di Biciclette' es la disolución del individuo en la masa de la que surgió, marcando la derrota de su lucha personal contra las fuerzas socioeconómicas que lo superan. El problema social subyacente es la falla del sistema para proporcionar estabilidad y dignidad a la clase trabajadora, empujándolos a la desesperación y a participar en actividades ilegales simplemente para sobrevivir.

Preguntas Frecuentes

¿Qué le pasa a Antonio al final de la película?

Después de que su intento de robar una bicicleta fracasa y es capturado, Antonio es perdonado por el dueño de la bicicleta, posiblemente por lástima al ver a su hijo Bruno llorando. Al final, Antonio y Bruno caminan por la calle, y Antonio, con la cabeza gacha, se funde nuevamente en la multitud de personas, simbolizando su regreso al anonimato y la pérdida de su breve momento de esperanza.

¿Recupera Antonio su bicicleta al final?

No, Antonio nunca recupera su bicicleta original. A pesar de su búsqueda desesperada y de identificar al presunto ladrón, la falta de pruebas concretas y la interferencia de la multitud y las autoridades le impiden recuperarla. Esto lo lleva a su propio intento fallido de robo al final.

¿Cuál es el mensaje principal de 'Ladri di Biciclette'?

El mensaje principal es una crítica social a las duras condiciones de vida de la clase trabajadora en la Italia de posguerra. Destaca la lucha del individuo contra la pobreza, la inestabilidad económica y la indiferencia de la sociedad y las instituciones. Argumenta que la desesperación económica puede llevar a las personas a actos extremos, y que la culpa reside en las fallas del sistema, no solo en el individuo.

¿Qué simboliza la bicicleta en la película?

La bicicleta simboliza la esperanza, la dignidad, la independencia, la movilidad social y la posibilidad de trabajo y estabilidad económica para Antonio y su familia. Su pérdida representa la destrucción de esta esperanza y la inmersión en la desesperación.

¿Por qué la película es considerada neorrealista?

Es neorrealista por su enfoque en la vida de la clase trabajadora, el uso de actores no profesionales (Lamberto Maggiorani era obrero, Enzo Staiola un niño de la calle), la filmación en locaciones reales en lugar de estudios, y su tratamiento de temas sociales y económicos urgentes de la época de posguerra en Italia de manera cruda y realista.

AspectoMercado BlancoMercado Negro
LegalidadOficial y LegalIlegal y No Oficial
TributaciónSujeto a ImpuestosEvade Impuestos
Accesibilidad (para clase trabajadora)Exclusivo, 'Cerrado', Empleos Temporales/InsegurosAbierto, Accesible, Oportunidades (a veces más estables)
Ejemplos en el filmeOficina de empleo, Tienda de empeños (parcialmente)Venta de bienes robados, Servicios 'informales' (adivina)
Crítica en el filmeInadecuado, no proporciona estabilidad, 'gatekeeping'Validado por necesidad, medio de supervivencia cuando el mercado blanco falla

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