La Ruta de los 7 Lagos en Bicicleta: Un Viaje Épico

La Patagonia argentina es un destino de ensueño para cualquier amante de la naturaleza y la aventura. Entre sus incontables maravillas, hay un recorrido que destaca por su belleza escénica y la posibilidad de conectarse íntimamente con el paisaje: la famosa Ruta de los Siete Lagos. Uniendo las pintorescas ciudades de San Martín de los Andes y Villa la Angostura en la provincia de Neuquén, esta travesía a través de la Ruta Nacional 40 es una experiencia imperdible, especialmente si se decide emprenderla en bicicleta.

Con sus aproximadamente 110 kilómetros de extensión, la Ruta de los Siete Lagos no es solo un camino pavimentado; es un portal a un mundo de lagos cristalinos, densos bosques nativos y montañas imponentes que se elevan hacia el cielo. Recorrerla en bicicleta permite apreciar cada detalle, sentir el aire puro de la montaña y disfrutar de la serenidad que solo la naturaleza patagónica puede ofrecer. Es una forma de viajar a un ritmo diferente, donde el paisaje se convierte en el protagonista absoluto y cada pedalada es una conquista.

¿Qué es la Ruta de los 7 Lagos? Un Recorrido Mítico

La Ruta de los Siete Lagos es un tramo de la legendaria Ruta Nacional 40 que serpentea a través de la cordillera de los Andes. Su nombre proviene de los espejos de agua que se pueden avistar directamente desde el camino principal o a pocos kilómetros de él, creando postales inolvidables a cada curva. Este recorrido no solo es famoso por sus lagos, sino también porque atraviesa áreas protegidas de valor incalculable, como partes del Parque Nacional Lanín y el Parque Nacional Nahuel Huapi. Esto garantiza la preservación de un ecosistema único, donde la flora y fauna autóctonas prosperan en un entorno de belleza salvaje.

Para los ciclistas, esta ruta representa un desafío y una recompensa. Si bien gran parte del recorrido está pavimentado, hay sectores con pendientes que exigen esfuerzo, pero que son ampliamente compensados por las vistas panorámicas que se abren ante los ojos. La infraestructura turística a lo largo del camino ha mejorado con los años, ofreciendo opciones de alojamiento, campings y servicios en puntos estratégicos, lo que facilita la planificación de un viaje en bicicleta de uno o varios días.

Los Nombres de los 7 Lagos Emblemáticos

Aunque el nombre sugiere siete lagos, la región está salpicada de muchos otros cuerpos de agua de gran belleza. Sin embargo, los siete lagos que dan nombre a la ruta y que son los principales puntos de interés a lo largo del recorrido principal entre San Martín de los Andes y Villa la Angostura son:

Partiendo desde San Martín de los Andes, ubicada a orillas del primero de ellos, el recorrido tradicional nos presenta los lagos en un orden específico:

1. Lago Lácar: Es el punto de partida si se inicia el viaje desde San Martín de los Andes. Un lago de gran tamaño y profundidad, con playas y bahías que invitan a la contemplación.
2. Lago Machónico: El primero que se encuentra al salir de San Martín de los Andes en dirección a Villa la Angostura. Se caracteriza por su tranquilidad y el entorno de bosque que lo rodea.
3. Lago Falkner: Un lago de aguas azules, famoso por su amplia playa de arena y la vista del Cerro Buque. Es un lugar popular para detenerse y descansar.
4. Lago Villarino: Ubicado justo enfrente del Lago Falkner, al otro lado de la ruta. Es más pequeño y de forma alargada, y recibe las aguas del Lago Falkner a través de un corto río.
5. Lago Escondido: Como su nombre lo indica, es un lago más pequeño y algo oculto entre la vegetación. Destaca por el impresionante color turquesa de sus aguas, que contrasta vivamente con el verde del bosque circundante.
6. Lago Correntoso: Un lago importante por su tamaño y por ser el origen del río Correntoso, considerado uno de los ríos más cortos del mundo, que lo conecta con el Lago Nahuel Huapi.
7. Lago Espejo: Se encuentra poco antes de llegar a Villa la Angostura. Sus aguas calmas suelen reflejar perfectamente el paisaje circundante, de ahí su nombre. Es un lugar ideal para tomar fotografías y maravillarse con el 'espejo' natural.

Estos siete lagos son los protagonistas del recorrido, cada uno con su personalidad y encanto particular. Detenerse en cada uno de ellos, ya sea para un picnic, un descanso o simplemente para admirar la vista, es parte esencial de la experiencia.

Más Allá de los Siete: Otros Puntos de Interés

Si bien los siete lagos dan nombre a la ruta, el recorrido ofrece mucho más. A lo largo de los 110 kilómetros, el paisaje cambia sutilmente, pasando de valles amplios a cañadones estrechos, siempre rodeado de la exuberante vegetación del bosque andino patagónico, compuesto principalmente por coihues, lengas y ñires.

Entre el Lago Correntoso y el Lago Espejo, por ejemplo, se cruza el Río Ruca Malén. Además, a la altura del Lago Villarino y Falkner, existe un desvío hacia el este que conduce a Villa Traful, un encantador pueblo a orillas del Lago Traful. Aunque este lago no forma parte de los 'siete' de la ruta principal, es otro espejo de agua de gran belleza que vale la pena considerar si se tiene tiempo para explorar desvíos.

Cerca del final de la ruta, al aproximarse a Villa la Angostura, la Ruta Nacional 40 se encuentra con la Ruta Nacional 231. Este cruce es importante ya que desde allí se puede acceder al paso internacional Cardenal Samoré, que conecta Argentina con Chile. Continuar por la RN 40 hacia el sur implica comenzar a bordear las aguas del inmenso Lago Nahuel Huapi, otro ícono de la Patagonia, hasta finalmente llegar a la pintoresca Villa la Angostura, conocida como 'El Jardín de la Patagonia'.

La proximidad de Villa la Angostura con San Carlos de Bariloche y el propio Lago Nahuel Huapi a su llegada, a veces genera confusión sobre qué lagos pertenecen a la 'Ruta de los 7 Lagos' y cuáles a la zona de Bariloche. Es importante aclarar que los siete mencionados (Lácar, Machónico, Falkner, Villarino, Escondido, Correntoso y Espejo) son los que dan nombre al tramo entre San Martín y Villa la Angostura. El Lago Nahuel Huapi, si bien es enorme y bordea Villa la Angostura y Bariloche, no se cuenta tradicionalmente entre los 'siete' de esta ruta escénica específica, aunque sí es una parte fundamental del entorno geográfico de la región.

Pedaleando la Ruta de los 7 Lagos: Consejos y Desafíos

Recorrer la Ruta de los 7 Lagos en bicicleta es una experiencia inolvidable que requiere planificación y preparación. La ruta, aunque mayormente pavimentada, presenta ascensos y descensos importantes que exigen un buen estado físico y una bicicleta adecuada (preferentemente de montaña o híbrida con cambios). La distancia de 110 km puede realizarse en un día por ciclistas experimentados, pero es mucho más disfrutable si se divide en dos o tres jornadas, permitiendo así tiempo para detenerse en los lagos, hacer senderismo corto o simplemente disfrutar del paisaje.

El clima en la Patagonia puede ser variable, incluso en verano. Es fundamental llevar ropa adecuada para diferentes condiciones, incluyendo lluvia y frío, además de protector solar y repelente de insectos. La mejor época para realizar el recorrido en bicicleta suele ser la primavera, el verano y el principio del otoño (octubre a abril), cuando las temperaturas son más agradables y hay más horas de luz. Sin embargo, cada estación tiene su encanto; el otoño, por ejemplo, tiñe el paisaje de colores ocres y rojizos espectaculares.

Es importante planificar dónde pasar la noche. Hay campings a lo largo de la ruta (algunos agrestes y otros organizados) y opciones de alojamiento en las ciudades de cabecera y en algunos puntos intermedios. Llevar agua y comida suficientes es crucial, ya que no hay servicios en todos los tramos. Un kit básico de herramientas para la bicicleta y repuestos (cámaras, parches) también son indispensables.

Recorrer la ruta en el sentido San Martín de los Andes a Villa la Angostura suele considerarse ligeramente más favorable, ya que algunos de los ascensos más largos se enfrentan al principio. Sin embargo, ambas direcciones ofrecen desafíos y vistas impresionantes.

Tabla Comparativa de los 7 Lagos

Preguntas Frecuentes sobre la Ruta de los 7 Lagos

¿Es necesario tener un estado físico de atleta para hacer la ruta en bicicleta?
No es necesario ser un atleta de élite, pero sí tener un estado físico aceptable y estar acostumbrado a pedalear distancias largas con algunas pendientes. Dividir la ruta en varias etapas la hace accesible para ciclistas de nivel intermedio.

¿Está pavimentada toda la ruta?
Sí, actualmente la Ruta Nacional 40 en este tramo está completamente pavimentada, lo que facilita el recorrido en bicicleta.

¿Hay servicios (agua, comida) a lo largo de la ruta?
Hay algunos puntos con servicios básicos, campings y proveedurías en ciertos lagos (como Falkner). Sin embargo, hay tramos largos sin ningún tipo de servicio, por lo que es fundamental llevar provisiones.

¿Se puede acampar en la ruta?
Sí, hay campings organizados y también zonas de acampe agreste permitidas dentro de los Parques Nacionales (respetando siempre las normativas y no haciendo fuego en lugares no habilitados).

¿Cuál es la mejor época del año para ir?
La primavera (octubre-noviembre), el verano (diciembre-febrero) y el principio del otoño (marzo-abril) son los meses más recomendables por clima y horas de luz.

¿Qué diferencia hay entre los lagos de la Ruta 7 Lagos y los lagos de Bariloche?
Los 7 lagos dan nombre al tramo específico de la RN 40 entre San Martín de los Andes y Villa la Angostura. Bariloche se encuentra a orillas del Lago Nahuel Huapi, que es uno de los lagos más grandes de la región y colinda con Villa la Angostura, pero no se incluye entre los 'siete' de esta ruta escénica particular.

¿Se puede hacer la ruta en auto o moto?
Sí, es una ruta muy popular para recorrer en todo tipo de vehículos, pero hacerlo en bicicleta ofrece una perspectiva y conexión con el entorno totalmente diferente y mucho más íntima.

La Ruta de los Siete Lagos, con sus nombres casi poéticos y sus paisajes cambiantes, espera a ser descubierta. Recorrerla en bicicleta es una invitación a la aventura, a desafiar los propios límites y a sumergirse en la inmensidad de la Patagonia andina. Es un viaje que alimenta el alma y regala postales imborrables, haciendo de cada pedalada una parte de una historia épica personal.

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